Manzanares,
Ciudad Real
Horario de Invierno (del 10 de octubre al 14 de mayo):
Lunes y martes: cerrado.
Miércoles a Viernes: de 10 a 14h y de 16:30 a 18:30h.
Sábados: de 10 a 14h y de 17:30 a 19h.
Domingos y festivos: de 11 a 14h.
Horario de Verano (del 15 de mayo al 9 de octubre):
Lunes y martes: cerrado.
Miércoles a Viernes: de 10 a 14h y de 17 a 19h.
Sábados: de 10 a 14h y de 18 a 19:30h.
Domingos y festivos: de 11 a 14h.
La Oficina de Turismo, situada en pleno casco histórico, está incluida en la Red INFOTUR de Castilla-La Mancha.
La oficina cuenta con personal especializado que te informará sobre los recursos turísticos, tanto locales como del entorno, te proporcionará la documentación necesaria (folletos, guías, callejeros…), te orientará sobre alojamientos, gastronomía, rutas, eventos culturales, y resolverá cualquier otra consulta relacionada con tu visita.
Desde 2019 la Oficina de Turismo cuenta con el distintivo «Compromiso de Calidad Turística», siendo Manzanares destino SICTED (Sistema Integral de Calidad Turística Española en Destinos) desde 2016.
Desde la Oficina de Turismo se ofrecen visitas guiadas por el casco histórico de la localidad. El recorrido es: Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, Castillo de Manzanares, y casas solariegas. La duración es de 1h 30min aprox.
La Oficina de Turismo está a tu disposición para que disfrutes al máximo de tu visita a Manzanares y alrededores.
Ubicada en el corazón de La Mancha, Manzanares (Ciudad Real) ocupa un lugar estratégico en la historia de la trashumancia, una práctica ancestral que marcó el ritmo de vida, la economía y el paisaje de la región.
Desde la Edad Media hasta tiempos recientes, los rebaños trashumantes de ovejas merinas cruzaban estas tierras siguiendo las antiguas cañadas reales, especialmente la Cañada Real Conquense (también llamada «de los Serranos»), que conectaba las sierras de Cuenca y Teruel con los pastos de invierno en el sur, atravesando la provincia de Ciudad Real.
Manzanares se convirtió en un enclave clave por su localización en esta red de vías pecuarias. Estas rutas no solo permitían el paso del ganado, sino que también eran auténticos corredores culturales y comerciales, por donde circulaban pastores, tradiciones, productos locales y formas de vida.
Aún hoy, en sus alrededores pueden identificarse tramos de estas antiguas cañadas, descansaderos y abrevaderos, testigos de una forma de vida sostenible y respetuosa con el medio ambiente, reconocida en 2019 por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.