(Historia, ecología y turismo en los caminos trashumantes de España)
Mucho antes de que se construyeran autopistas o líneas de tren, la Península Ibérica ya contaba con una vasta red de caminos que conectaban montañas y campiñas, pueblos y pastos: las cañadas reales. Estas antiguas rutas ganaderas, aún visibles en muchos territorios, no solo fueron esenciales para la economía de la lana en la Edad Media, sino que hoy emergen como corredores ecológicos y turísticos con un enorme potencial. En este artículo te llevamos por su historia, su valor ecológico y sus rutas más impresionantes.
¿Qué son las cañadas reales?
Las cañadas reales son vías pecuarias, es decir, caminos legalmente reservados para el paso del ganado trashumante. Su anchura legal puede alcanzar los 75 metros y están reconocidas por la legislación española desde el siglo XIII. A lo largo del país existen más de 125.000 kilómetros de estas rutas, que forman un entramado de cañadas, cordeles y veredas.
Pero no son simples caminos: son espacios vivos donde convergen historia, cultura, ecología y vida rural.
Origen histórico: del can(n)ata al Honrado Concejo de la Mesta
La trashumancia —el desplazamiento estacional de los rebaños— se practicaba ya en tiempos prerromanos. Romanos, visigodos y musulmanes la organizaron localmente, pero fue durante la Edad Media cuando las cañadas tomaron forma como red nacional.
El gran impulso llegó en 1273, cuando el rey Alfonso X el Sabio, aglutinó las distintas agrupaciones de ganaderos en el Honrado Concejo de la Mesta, reconociendo legalmente las cañadas reales como vías protegidas. El comercio de la lana se convirtió en pilar de la economía castellana, y la trashumancia en una estructura vertebradora del territorio.
Interesantemente, las primeras mestas eran asambleas abiertas donde incluso las mujeres con más de 50 ovejas tenían derecho a voto. La ciudad de Soria fue epicentro de esta organización ganadera.
Las cañadas como patrimonio ecológico y cultural
Hoy sabemos que las cañadas no solo fueron útiles para el ganado: también son corredores ecológicos. Sirven como pasillos verdes que permiten el desplazamiento de fauna silvestre, la dispersión de semillas y la conexión de espacios naturales protegidos.
A lo largo de estas rutas encontramos vestigios de arquitectura tradicional (ventas, majadas, abrevaderos), topónimos antiguos, leyendas y costumbres. Muchas comunidades han mantenido viva la memoria oral asociada a las trashumancias anuales.
Un patrimonio en riesgo
Sin embargo, el abandono rural, la expansión urbana y la intensificación agraria han supuesto un duro golpe para estas rutas. Muchos tramos se han perdido bajo asfalto, urbanizaciones o cultivos intensivos. En algunos casos, su trazado es irrecuperable; en otros, aún hay tiempo para proteger, señalizar y reactivar.
Hoy: caminos para el turismo, la educación y la sostenibilidad
Afortunadamente, las cañadas están siendo redescubiertas como recursos para el turismo sostenible, la educación ambiental y el senderismo. Diversas entidades han señalizado rutas, desarrollado actividades interpretativas y organizado eventos de rebaños trashumantes por tramos históricos.
Estas rutas no solo permiten caminar entre paisajes de gran belleza: también ofrecen al visitante una experiencia de inmersión cultural, una forma de reconectar con el mundo rural y una oportunidad de apoyar economías locales.
5 rutas imprescindibles para conocer las cañadas reales
- Cañada Real Soriana Occidental
- Une Soria con Badajoz
- +700 km atravesando Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura
- Paisajes: montañas, dehesas y vegas
- Ideal para largas travesías o rutas por etapas
- Cañada Real Leonesa Occidental
- Desde los montes de León hasta Trujillo (Cáceres)
- Pasa por Ávila, Salamanca y la Sierra de Gata
- Rica en biodiversidad y arquitectura pastoril
- Cañada Real Segoviana
- Desde la Sierra de Guadarrama hasta la Campiña de Jaén
- Cruza varios parques naturales
- Muy popular para actividades educativas y rutas familiares
- Cañada Real Galiana o Riojana
- De La Rioja a Ciudad Real
- Atraviesa el Sistema Ibérico y la Meseta Sur
- Interesante por su transición paisajística y cultural
- Cañada Real de la Plata (o Vizana)
- Coincide con tramos de la antigua Vía de la Plata romana
- De León a Sevilla
- Rica en patrimonio histórico y monumental
¿Por qué debemos recuperarlas?
- Porque conectan pueblos y territorios más allá del asfalto.
- Porque son reservas de biodiversidad sin coste añadido.
- Porque ofrecen una alternativa real para un turismo rural, lento y consciente.
- Porque mantienen viva una cultura que ha modelado el paisaje ibérico durante siglos.
- Porque pueden ser claves en la transición ecológica justa que necesita el medio rural.
Las cañadas reales son más que huellas del pasado. Son caminos para el futuro. Conectan a pastores y caminantes, a fauna salvaje y pueblos despoblados, a saberes antiguos y nuevas formas de habitar el territorio. Recuperarlas es mucho más que restaurar un camino: es reactivar un sistema completo de vida rural, de economía sostenible y de cultura viva.