Lumbreras de Cameros,
La Rioja
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LA MARCHA DE LOS PASTORES EN PIQUERAS, LA GRAN FIESTA DE LA TRASHUMANCIA RIOJANA
Cada otoño, cuando las montañas empiezan a despedirse de los pastos verdes y llega el momento de buscar nuevos horizontes, La Rioja celebra una de sus tradiciones más vivas: la trashumancia. En la Venta de Piqueras, en plena Sierra de Cebollera, tiene lugar la Fiesta de la Trashumancia – “La marcha de los pastores”, una jornada que rinde homenaje a un modo de vida que ha marcado la historia y el paisaje de estas tierras.
El día comienza con el camino del rebaño, un recorrido simbólico en el que ovejas y pastores avanzan desde San Andrés hasta la Venta de Piqueras. Los visitantes pueden acompañar la marcha y sentir de cerca el ritmo pausado de los animales, el sonido de los cencerros y la estampa de la montaña vestida de otoño. La llegada del rebaño se convierte en una celebración: música tradicional, danzas y pasacalles marcan el momento de encuentro entre quienes llegan caminando con el ganado y quienes esperan en la explanada.
La fiesta gira en torno a los elementos más genuinos de la cultura pastoril. Se organizan mercados de artesanía y productos locales, donde abundan los quesos, embutidos, mieles, textiles y trabajos en lana o cestería. La ermita cercana acoge una misa en recuerdo de las antiguas “majadas” y como bendición simbólica a los rebaños. Además, el Centro de Interpretación de la Trashumancia abre sus puertas con actividades especiales y visitas teatralizadas que muestran cómo se preparaban los pastores para emprender el largo viaje hacia los pastos de invierno.
La programación incluye talleres prácticos y creativos: elaboración de objetos en barro, bordados con retales, velas de miel y actividades pensadas para niños y familias. Actores y personajes caracterizados como antiguos pastores, artesanos o comerciantes ambientan la jornada con pequeñas escenas que evocan la vida de antaño. También hay lugar para la música: grupos de folk riojano llenan el espacio de melodías que acompañan a lo largo de todo el día.
La gastronomía es uno de los momentos más esperados. A la hora del almuerzo, se reparten las tradicionales migas de pastor, elaboradas al aire libre y servidas en grandes calderos. Más tarde, la caldereta de cordero reúne a los asistentes en torno a una comida que refleja el alma del campo y de la vida trashumante.
Participar en la fiesta es mucho más que acudir a un evento cultural: es caminar junto a los rebaños como lo hicieron generaciones enteras, aprender de sus oficios, probar los sabores de la cocina pastoril y dejarse envolver por la música y las historias de quienes guardan la memoria de este legado. La Sierra de Cebollera, con sus bosques y praderas, ofrece el telón perfecto para recordar que la trashumancia no es solo pasado, sino un patrimonio vivo que sigue conectando territorios y personas.