Trashumancia para todos: abrir caminos hacia la inclusión

Trashumancia para todos: abrir caminos hacia la inclusión

La trashumancia es movimiento, es camino compartido. Desde hace siglos, pastores y ovejas recorren las cañadas uniendo territorios y comunidades. Hoy, además, nos recuerdan algo esencial: que la naturaleza, el patrimonio y la cultura deben estar abiertos a todas las personas, sin excepción. En este espíritu, el Club de Montaña Pandetrave, junto conel Club de Producto Caminos Trashumantes, organizó una experiencia piloto en las montañas de Salamón (León) que hizo posible lo que para algunos parecía inalcanzable: la visita en montaña a un rebaño trashumante para personas con discapacidad sensorial, física o intelectual. La trashumancia como experiencia inclusiva Los beneficios de pasar tiempo en la naturaleza y en contacto con animales están cada vez mejor documentados. El simple hecho de caminar al aire libre, de escuchar los cencerros, de observar el ritmo pausado de las ovejas o de acariciar su lana, genera bienestar físico y mental. Para personas con discapacidad, estas experiencias son además una puerta hacia la autonomía, la autoestima y la participación social. El encuentro en Salamón demostró que es posible adaptar las actividades trashumantes para que todas las personas puedan disfrutarlas: itinerarios accesibles gracias al equipamiento del Club de Montaña Pandetrave, explicaciones apoyadas en lenguaje sencillo, acompañamiento especializado y propuestas que estimulan los sentidos más allá de la vista o el oído. Porque la trashumancia no se cuenta solo con palabras: se siente con el tacto, con el olfato de los pastos, con la vibración del suelo bajo el paso del rebaño. Responsabilidad compartida La inclusión en el turismo de naturaleza no debe verse como un añadido, sino como una responsabilidad colectiva. Abrir las experiencias trashumantes a todos los públicos significa reconocer que el patrimonio cultural y natural pertenece a toda la sociedad. Al hacerlo, fortalecemos no solo la accesibilidad, sino también la sostenibilidad: más personas implicadas, más comunidades comprometidas, más voces que defienden la conservación de estos paisajes. Un modelo para el futuro La experiencia piloto de Salamón es solo un primer paso, pero apunta a un modelo de futuro: un turismo trashumante capaz de emocionar, educar y sanar. Actividades como acompañar un rebaño en la montaña, participar en un taller de lana o compartir un queso elaborado con leche de oveja trashumante pueden convertirse en herramientas de inclusión, integración y bienestar. El reto ahora es ampliar estas propuestas, replicarlas en otras rutas y festividades, y garantizar que cada nueva actividad tenga en cuenta las necesidades de accesibilidad desde el principio. Porque la trashumancia no entiende de barreras: es, por definición, un camino abierto. Un camino de todos La trashumancia sigue siendo, como siempre, una lección de vida: avanzar juntos, paso a paso, cuidando lo común. Que estas experiencias sean accesibles a todas las personas, sea cual sea su condición, es la mejor manera de honrar ese legado. Porque los caminos trashumantes no son solo senderos de ovejas y pastores: son caminos de humanidad.

Experiencia Gastronómica Trashumante

Experiencia Gastronómica Trashumante

El próximo domingo 28 de septiembre de 2025 a las 12:00h, en el Centro de Formación Vallebarco, Dehesa San Francisco (Santa Olalla del Cala, Huelva), tendrás la oportunidad de saborear la cultura trashumante a través de una jornada única. 📌 Actividades:🐑 Visita interpretada: pastoreo merino en la dehesa🔥 Taller en directo: Asado de cordero ecológico🥗 Degustación de productos ecológicos💬 Intercambio de ideas sobre el futuro de la cultura trashumante Una experiencia que une tradición, sostenibilidad y gastronomía en un entorno natural incomparable. Más info: 📞 +34 639 341 270

Luz para el futuro de la trashumancia: la Cañada Real Conquense en Checa

Checa

En el corazón de la península, cuando el verano comienza a desplegarse, un rebaño trashumante pasta en los alrededores de la Cañada Real Conquense, una de las grandes vías pecuarias de España. Este antiguo camino recorre más de 400 kilómetros desde los pastos de verano en Cuenca hasta las dehesas del sur, atravesando tierras de Ciudad Real y Jaén. Durante siglos ha sido la autopista verde de los pastores, uniendo paisajes y comunidades, y hoy se convierte también en un eje privilegiado de turismo de naturaleza y de turismo trashumante. Checa y la magia de Checa Ilumina El municipio de Checa (Guadalajara) es uno de esos lugares donde la trashumancia todavía se siente con fuerza. Aquí se celebra cada verano el evento Checa Ilumina, una noche en la que más de 10.000 velas transforman el casco histórico en un escenario de cuento. Entre luces y música, el protagonismo lo toma también la trashumancia: vecinos y visitantes pueden acompañar a un rebaño trashumante en su paso por la cañada y participar en actividades ligadas a los oficios tradicionales. Durante la jornada se realizan demostraciones de esquileo, talleres de lana y herrería, recordando la estrecha relación entre la vida pastoril y los oficios que durante siglos sostuvieron la economía de la montaña. Es una ocasión única para sentir de cerca el ritmo de los animales, la paciencia de los pastores y el valor de un patrimonio que hoy se reivindica como ejemplo de sostenibilidad. La belleza desconocida de las Montañas Vacías Checa se sitúa en un enclave natural privilegiado, dentro de lo que muchos llaman las Montañas Vacías: una extensa área del sistema Ibérico oriental caracterizada por su baja densidad de población, su riqueza natural y su silencio. Este territorio se ha convertido en referente europeo de cicloturismo gracias a la ruta de bikepacking Montañas Vacías, que atraviesa pistas y caminos solitarios. Para quienes buscan un turismo de naturaleza auténtico, la zona ofrece una combinación única: la posibilidad de recorrer la cañada al ritmo lento de un rebaño y, al mismo tiempo, explorar paisajes que parecen intocados, donde la trashumancia actúa como guardiana de la biodiversidad. Museo de la Ganadería y turismo trashumante Checa cuenta además con un recurso imprescindible para comprender esta tradición: el Museo de la Ganadería Tradicional, donde se conservan herramientas, imágenes y testimonios de siglos de pastoreo. El museo es también un punto de encuentro para actividades culturales y educativas ligadas a la trashumancia y refuerza la identidad del municipio como uno de los referentes en la conservación de este patrimonio inmaterial. Para el viajero, esto significa que Checa no es solo un destino para un fin de semana, sino una puerta de entrada a un mundo de experiencias: acompañar un tramo de rebaño, aprender a esquilar o hilar, degustar quesos y carnes ligados a la oveja trashumante o caminar por alguna de las etapas autoguiadas señaladas en la sección “Nuestros Caminos” del proyecto Caminos Trashumantes. Una invitación a caminar despacio La Cañada Real Conquense no es únicamente una ruta ganadera; es un testimonio de cómo los paisajes se han cuidado durante siglos gracias al ir y venir de ovejas y pastores. En Checa, bajo la luz de las velas de Checa Ilumina, esa historia se convierte en presente y se ofrece al visitante como una experiencia viva. Quien se acerque descubrirá que el turismo trashumante no es solo observar: es participar, sentir, aprender y dejarse transformar por un ritmo distinto. Una forma de viajar más lenta, más consciente y profundamente conectada con la sostenibilidad del territorio.

Despedir la primavera camino de las montañas

Cada año, cuando mayo y junio avanzan, las dehesas andaluzas y manchegas se preparan para la partida. Los pastores reúnen sus rebaños, revisan esquilas, cargan herrajes, afinan sus rutas. Es la despedida para muchos: un tramo final de hogar antes de poner rumbo a los puertos de montaña. Porque en el norte aguardan los pastos frescos del verano, entre León y Asturias. Este tránsito milenario sigue una de las vías pecuarias más emblemáticas del centro-norte peninsular: la Cañada Real Leonesa Occidental. Desde tierras de Andalucía y Extremadura, atraviesa Castilla-La Mancha y Castilla y León hasta las montañas fronterizas entre la provincia de León y Asturias. Es un hilo vivo que enlaza pueblos, cañadas secundarias y viejos descansaderos, y que continúa en uso gracias a quienes mantienen el oficio y también al impulso del turismo trashumante y del turismo de naturaleza. La Cañada Real Leonesa Occidental: ruta de vida La Leonesa Occidental no es solo un sendero: es una columna vertebral que une distintos paisajes y culturas. Desde el tramo del GR-42, que atraviesa la Sierra de Aracena hasta Segura de León, hasta los pasos en la meseta y su ascenso hacia Puente Villarente y los puertos leoneses. A lo largo del recorrido se pueden identificar puntos donde descansar, alojamientos rurales y pueblos con memoria trashumante. En la actualidad, proyectos como Caminos Trashumantes ofrecen etapas marcadas en su web (en “Nuestros Caminos”) para quienes deseen caminar de forma autoguiada o acompañar un tramo con pastores y rebaños. Se trata de turismo sostenible y enriquecedor, para uno mismo y para el territorio: caminar al ritmo del rebaño, respetando el paisaje, aprendiendo del camino y la cultura a nuestro paso. La fiesta de Huertas de Ánimas y otras celebraciones del camino Una de las celebraciones más emotivas ocurre en Huertas de Ánimas (Trujillo, Cáceres), donde el pueblo despide a uno de sus pastores emblemáticos: José Manuel Sánchez y su familia. Durante esta fiesta de despedida, el rebaño cruza el municipio, se organizan talleres, actos culturales y degustaciones. Es una ocasión ideal para quienes quieren acercarse a la trashumancia en vivo: escuchar los cencerros, saludar al pastor, asistir al rito del adiós y al encuentro comunitario del camino. En esta misma localidad, festividades como la Feria del Queso de Trujillo también celebran productos ligados al rebaño trashumante, al territorio y a la gastronomía local. Para el visitante, visitar estas jornadas se convierte en una ventana para conectar con la cultura rural, conocer productores, degustar queso de oveja y comprender la sostenibilidad detrás de su elaboración. Turismo natural que respeta el paisaje Participar en estas experiencias no es turismo convencional. Es turismo de naturaleza consciente: caminar a baja huella, colaborar con el mantenimiento de senderos y cañadas, favorecer la economía local de pueblos pequeños y conectarse con el ritmo de la tierra. Muchas de las rutas ofrecidas son autoguiadas, otros segmentos de la marcha permiten acompañar rebaños reales. A cada paso, quienes participan reconocen que la trashumancia no es solo patrimonio, sino una herramienta de sostenibilidad territorial. ¿Cómo planificar tu viaje? La despedida en primavera no es un adiós definitivo: es el momento en que comienza el viaje que renueva la vida de las montañas. Si te animas, camina junto a un rebaño, saborea la tradición y deja que la Cañada Real Leonesa Occidental te devuelva algo de su latido.

Cuando el fuego nos despierta: Trashumancia, memoria viva contra el olvido

Cuando el fuego nos despierta: Trashumancia, memoria viva contra el olvido

Este verano, una vez más, el fuego ha arrasado miles de hectáreas en nuestra geografía. Montañas que eran verdes hace semanas son ahora paisajes grises, cenizas de un ecosistema que pide auxilio. Cada incendio forestal nos sacude, nos entristece y nos recuerda una verdad incómoda: nos estamos desconectando del territorio que habitamos. Pero también nos ofrece una oportunidad. Porque cuando todo parece arder, la mirada atrás puede ser el mejor camino para avanzar. El paisaje necesita pastores Durante siglos, el pastoreo extensivo y la trashumancia fueron los aliados naturales del equilibrio ecológico. Los rebaños no solo producían alimento, lana y economía rural: mantenían el monte vivo y sano. Las ovejas y cabras, al pastar en zonas de matorral, reducían la biomasa inflamable. Sus movimientos creaban cortafuegos naturales. Sus pasos aireaban la tierra, su estiércol fertilizaba el suelo, su presencia favorecía la biodiversidad. El monte se limpia con pezuñas, no con excavadoras. Trashumancia: sabiduría en movimiento En un mundo acelerado, la trashumancia nos recuerda otra forma de estar en el mundo. Los pastores que recorren cientos de kilómetros con sus rebaños no solo cuidan animales. Custodian rutas, pueblos, fuentes, saberes, palabras y gestos que se pierden cuando se apaga el último fuego. Ellos saben cuándo cambia el viento. Conocen los ritmos de la tierra. Entienden que no se puede imponer calendario a la naturaleza. Han aprendido a leer el cielo, el canto de un mirlo, la floración de una retama. Su experiencia es un libro abierto que la ciencia empieza ahora a valorar. Volver a los oficios, volver a los sabores Recuperar el pastoreo y la trashumancia no es solo cuestión ambiental. Es también una apuesta por la soberanía alimentaria, por los sabores auténticos, por los oficios con alma. El queso de oveja trashumante, la miel que sigue las floraciones, la lana merina trabajada a mano, el pan cocido en horno comunal… Cada uno de estos productos habla de una forma de vivir más en armonía con el entorno. Y hoy, esa forma de vivir se convierte en nuestra mejor herramienta para resistir. El futuro es resiliente… si miramos hacia nuestras raíces La resiliencia no se improvisa. Se construye con tiempo, con vínculos, con memoria. Con saberes que han sobrevivido siglos porque funcionaban, porque cuidaban, porque pensaban en el mañana. Hoy más que nunca necesitamos volver a esas raíces. No como un gesto romántico, sino como una estrategia real frente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el abandono rural. Porque proteger la trashumancia es proteger los paisajes, las personas y los recursos que nos alimentan. Caminos Trashumantes: una brújula en tiempos inciertos Desde www.caminostrashumantes.com queremos ser esa brújula que te acerque a una forma distinta de mirar el mundo. Aquí no hay recetas mágicas, pero sí caminos milenarios que nos enseñan otra forma de avanzar. Te invitamos a: Cuando todo arde, mirar atrás no es retroceder. Es recordar de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. La trashumancia no es una postal. Es una posibilidad. Una herramienta. Un relato de resistencia tejida con pasos, con tiempo y con tierra bajo las uñas. Que no sea el fuego el que nos obligue a mirar distinto. Que sea el deseo de construir un futuro más humano. Descubre más en www.caminostrashumantes.com #Trashumancia #ResilienciaRural #IncendiosForestales #CaminosTrashumantes #TurismoSostenible #VolverAlCampo #PatrimonioVivo

La Trashumancia: Patrimonio Vivo y Puerta de Entrada a un Mundo Más Conectado con la Naturaleza

La Trashumancia: Patrimonio Vivo y Puerta de Entrada a un Mundo Más Conectado con la Naturaleza

En 2019, la UNESCO incluyó la trashumancia en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta declaración no es solo un reconocimiento simbólico: es un recordatorio global de que algunas de las formas más sabias, sostenibles y humanas de habitar el territorio siguen vivas. Y que están ahí, esperando ser redescubiertas. En 2026, el Año Internacional de los Pastizales y los Pastores proclamado por la ONU, será una ocasión única para volver la mirada hacia estas prácticas ancestrales. Desde la plataforma www.caminostrashumantes.com, queremos invitarte a conocer de cerca esta realidad viva. No como espectador, sino como parte activa de una transformación cultural que nos reconecta con lo esencial. Trashumancia: una forma de moverse, una forma de vivir Trashumar es desplazarse. Pero también es cuidar, observar, escuchar, adaptarse. Es seguir los ritmos de la naturaleza con respeto, sin prisas. Es caminar con el paisaje y no contra él. Por eso, más allá del ganado que transita, la trashumancia es un acto de profundo conocimiento del territorio. Los pastores saben leer el cielo, distinguir los brotes del pasto, interpretar el canto de las aves o el curso de un arroyo. Han aprendido a convivir con la tierra en lugar de imponerle un ritmo ajeno. Y todo ese saber se transmite de generación en generación: en palabras, en gestos, en silencios. En la ruta. Patrimonio vivo, no de museo Lo que la UNESCO reconoció no es un recuerdo del pasado, sino una realidad aún palpitante. La trashumancia incluye mucho más que el movimiento de animales: Cada rebaño es una comunidad en tránsito. Cada camino, un puente entre pueblos, oficios, generaciones y ecosistemas. Una cultura compartida más allá de las fronteras La trashumancia es común a muchas regiones del mundo. La candidatura que llevó a su reconocimiento fue compartida entre España, Italia, Grecia y Austria. Cuatro culturas distintas, unidas por una misma forma de vida: sencilla, resiliente, conectada con la tierra. Eso la convierte en una práctica universal. Y en una oportunidad para abrirnos a otras formas de ver el mundo. Más lentas. Más profundas. Un legado en riesgo Hoy, sin embargo, la trashumancia está amenazada: Pero aún estamos a tiempo. Y 2026 puede ser el año en que lo recordemos juntos. Caminos Trashumantes: una plataforma para descubrir, conectar y participar En www.caminostrashumantes.com encontrarás mucho más que información. Te proponemos un viaje de reconexión con el paisaje, con las culturas del pastoreo, con la gastronomía de origen, con los saberes que no caben en los libros. Aquí podrás: Este no es un turismo de escaparate. Es una invitación a mirar con otros ojos. A caminar con otros pies. A escuchar con otros oídos. ¿Y si el próximo viaje no es solo un destino, sino un encuentro? Un encuentro con lo natural. Con lo auténtico. Con lo que llevamos dentro y habíamos olvidado. La trashumancia no solo cuida el paisaje. Nos cuida a nosotros, devolviéndonos una forma de estar en el mundo menos agresiva, más abierta, más sabia. Ven. Conoce. Camina. Descubre la trashumancia como nunca antes la habías imaginado. 🌐 www.caminostrashumantes.com #Trashumancia #PatrimonioVivo #UNESCO #IYRP2026 #CaminosTrashumantes #TurismoRural #ReencuentroConLaNaturaleza #SaberesAncestrales #TurismoConSentido

Cine de verano 2025 en Salamón

El fin de semana pasado, Caminos Trashumantes llevó a cabo el Cine de Verano 2025 en Salamón, un encuentro audiovisual alrededor de la trashumancia. Hemos tenido la suerte de darle voz a esta técnica ancestral de pastoreo desde el punto de vista de la arqueología, la ecología o la antropología entre otros.Una vez terminada las películas/documentales, hemos brindado con las vecinas y vecinos de Salamón en un aperitivo – coloquio para compartir sensaciones y experiencias de la historia trashumante del pueblo y sus entornos. Sin duda han sido unos días especiales y muy bonitos, que con esperanza repetiremos en otras ocasiones.Sin embargo, no podemos dejar de mencionar la tristeza que nos causa la situación en la que los territorios aledaños se encuentran estos días. Salamón, como el resto de las localidades de la zona, se ha visto envuelto en humo y cenizas durante todo el fin de semana. Desde Fundación Monte Mediterráneo, queremos mandar un apoyo a todas aquellas personas que se han visto afectadas por los numerosos incendios que ha habido estos días. Seguiremos trabajando por defender nuestros montes y territorios y promover el pastoreo extensivo y la trashumancia como medida preventiva.  Fuente: Fundación Mediterraneo

Sabores trashumantes: una ruta gastronómica entre montes, pueblos y estaciones

Sabores trashumantes: una ruta gastronómica entre montes, pueblos y estaciones

Detrás de cada rebaño trashumante hay un paisaje que cambia, una cultura que se despliega y, sobre todo, una cocina que florece. La trashumancia no solo modela la tierra por donde pasa: también alimenta una identidad gastronómica profunda, tejida con los sabores del viaje, de las estaciones, del campo abierto. Esta forma milenaria de desplazamiento ganadero no solo deja huellas en la tierra: deja también rastros en la memoria del gusto. Cada paso, cada acampada, cada majada, ha generado saberes culinarios, productos de temporada y recetas que han pasado de generación en generación, manteniendo viva la esencia de una cocina vinculada al territorio y al ritmo de la naturaleza. Quesos que cuentan historias Uno de los productos estrella de la trashumancia es el queso. Pero no cualquier queso: hablamos de aquellos elaborados con leche cruda de ovejas que han pastado libremente por cañadas y puertos de montaña. La leche adquiere matices únicos según la vegetación que los animales consumen en cada etapa del trayecto. Por eso, un queso de primavera en pastos altos no sabe igual que uno elaborado en las dehesas del sur durante el invierno. El paisaje se transforma en sabor. En muchas regiones, estos quesos gozan de Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP), y se elaboran de forma artesanal, recuperando formas tradicionales: quesos curados en cuevas, prensados a mano, afinados en manteca… Cordero que sabe a libertad La carne de cordero de pasto trashumante es otra joya gastronómica. Frente al cordero de explotación intensiva, el trashumante crece en libertad, alimentado con pastos naturales, sin pienso ni estabulación. El resultado es una carne: Asada al horno, cocinada a fuego lento en caldereta, o preparada a la brasa, el cordero trashumante tiene el sabor de lo auténtico, del tiempo y la paciencia. Consumirlo es apoyar un modelo ganadero sostenible, que respeta el bienestar animal y contribuye a mantener vivo el medio rural. Miel trashumante: floración en movimiento No solo el ganado se desplaza. También hay apicultores trashumantes que mueven sus colmenas acompañando a los rebaños, buscando distintas floraciones en cada etapa del año. Este tipo de apicultura permite: Las mieles trashumantes pueden ser oscuras, ámbar, cristalinas, con notas a brezo, tomillo, castaño o espliego, dependiendo de la altitud, el momento y el lugar. Cada tarro encierra una ruta, una historia, una estación. Lana merina: moda con memoria La trashumancia también viste. Y no de cualquier manera. La lana merina española fue durante siglos la más codiciada de Europa. Hoy, tras años de abandono, está siendo revalorizada por artesanos, diseñadores y proyectos de moda sostenible. ¿Por qué apostar por lana trashumante? Un jersey de lana merina no es solo una prenda: es un pedazo de paisaje que abriga. Gastronomía que vertebra territorio Los productos trashumantes tienen algo en común: no se entienden sin su contexto. Son alimentos con origen, con historia, con acento. Al consumirlos, no solo disfrutamos de un sabor: nos conectamos con una comarca, una forma de vida, una red de personas. La trashumancia no solo produce alimentos: produce cultura. Consumir paisaje, saborear biodiversidad Cuando eliges un queso curado en una majada, una miel de brezo o un cordero criado en libertad, estás haciendo mucho más que llenar la despensa: Estás apoyando modelos agrarios sosteniblesEstás ayudando a conservar cañadas y caminosEstás apostando por soberanía alimentariaEstás defendiendo una economía rural más justa Y sobre todo: estás saboreando el territorio. Con calma. Con respeto. Con historia. Tu viaje empieza en la mesa En www.caminostrashumantes.com podrás descubrir mucho más sobre este universo de sabores que se mueven. No se trata solo de comer: se trata de conocer, conectar, conservar. Porque cada bocado es una historia. Cada producto, un paisaje. Y cada plato… una invitación a caminar. #SaboresTrashumantes #GastronomíaRural #Trashumancia #TurismoGastronómico #ProductosConHistoria

Trashumancia, la aliada silenciosa del planeta

Trashumancia, la aliada silenciosa del planeta

Cómo los rebaños trashumantes regeneran la tierra paso a paso No hacen ruido. No contaminan. No piden nada.Simplemente caminan. Ovejas, cabras, vacas…Guiadas por pastores que conocen los ciclos, el terreno, el clima.Avanzan lentamente, recorriendo senderos antiguos, cañadas reales, cordeles, veredas.Mientras lo hacen, algo milagroso ocurre: la tierra respira. En tiempos de emergencia climática, incendios devastadores y suelos agotados, la trashumancia —ese arte ancestral de trasladar el ganado entre pastos— resurge como una respuesta sabia y poderosa. Una herramienta silenciosa de regeneración ecológica. Una forma de reconciliarnos con la naturaleza. El rebaño como regenerador natural A simple vista, puede parecer solo una caravana de animales.Pero bajo sus patas, entre su lana, en su ritmo pausado, se esconde una acción múltiple y profunda: Cada paso que dan es una intervención ecológica suave y precisa, como si la tierra estuviera siendo acariciada, sanada, despertada. Frente a los incendios, ovejas y cabras En un país como España, donde cada verano arden miles de hectáreas, la trashumancia ha demostrado ser un aliado estratégico de primer orden. ¿Por qué? Porque los animales trashumantes comen allí donde más se acumula el riesgo: zonas de matorral, bosques densos, interfaces rural-urbanas.Con su paso, limpian los cortafuegos, mantienen despejadas las fajas forestales y reducen drásticamente la continuidad del combustible vegetal. Diversos estudios lo confirman: las zonas pastoreadas sufren menos incendios, y cuando se queman, el fuego avanza más lento y es más fácil de controlar. Es decir: una prevención eficaz, ecológica y barata. Paisajes en mosaico, biodiversidad en movimiento La trashumancia no solo mejora el suelo: también moldea el paisaje. Y lo hace de una forma que favorece la biodiversidad. Allí donde los rebaños pastan, se mantiene una estructura en mosaico: alternancia de prados, dehesas, bosques aclarados, sotos, cultivos en barbecho.Ese mosaico, lejos de ser un desorden, es un regalo para la vida silvestre. Muchísimas especies —algunas en peligro— encuentran en estos entornos su hogar: ¿Y lo mejor? Que este equilibrio no necesita maquinaria, ni químicos, ni gasto energético. Solo… caminar. ¿Te puede imaginar algo más ecológico y respetuoso que eso?. Trashumancia y cambio climático: una relación inteligente La FAO, la Comisión Europea y numerosos organismos internacionales han comenzado a reconocer la trashumancia como lo que es: una forma de “ganadería climáticamente inteligente”. ¿Qué significa eso? Significa que no solo reduce emisiones, sino que: Y esto tiene consecuencias reales.Según estudios recientes, los suelos pastoreados por trashumancia almacenan entre un 15% y un 30% más carbono que los suelos sin pastoreo o con ganadería intensiva. En un momento en que Europa se plantea cómo descarbonizar su agricultura, los rebaños que caminan podrían ser parte de la respuesta. Lo que no se ve… también importa En una época obsesionada por la eficiencia, la productividad y la velocidad, la trashumancia puede parecer anacrónica.Pero justo ahí reside su poder: es un modelo que desacelera, que observa, que escucha. Y ese modelo: No lo verás en titulares.No genera dividendos inmediatos.Pero sostiene la vida en muchos rincones del territorio. ¿Y qué puedes hacer tú? No necesitas ser pastor.Ni tener rebaño.Ni vivir en el campo. Puedes apoyar la trashumancia participando en experiencias que la difundan, compartiendo conocimiento, eligiendo productos de ganadería extensiva o simplemente reconociendo el valor de lo invisible. En www.caminostrashumantes.com encontrarás ideas para conocer, caminar, aprender y reconectar. Porque cada paso cuenta.Porque regenerar también es recordar.Porque a veces, el futuro avanza a paso de rebaño.